Sobre gustos
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Nadie elige lo que le gusta. Ni tan siquiera se puede elegir cuánto ni hasta cuándo.
Así que a lo mejor te gusta el Bitter Kas sin que lo sepas o a lo mejor nunca conseguirás que te guste por mucho que quieras. Así son los gustos, caprichosos. Aunque a veces merecen una oportunidad.
Hemos revisitado la imagen de un refresco icónico para conectarlo con los tiempos actuales. Cambia todo a pesar de que nada cambia realmente.